Los datos que se han aportado referidos a las facies, en los Rhipidistios, no indican un medio concreto, pudiendo ser tanto marino como continental, el antecesor de los primeros tetrápodos. Pero, los datos que hacen referencia a las facies, desde el lado de los tetrápodos, señalan que estos debieron habitar inicialmente un medio continental. Esta pequeña contradicción podría ser salvada, si consideramos, que los antecesores de estos tetrápodos que aparecen tanto en facies marinas como en facies continentales, fueran migradores.
Al hecho anterior habría que sumarle, el aportado por la dentición, y el tipo de alimentación, que en ambos grupos es la misma, lo que necesariamente les restringe a un mismo habitat, y como se ha probado, por lo menos desde el punto de vista de las facies, los primeros tetrápodos eran dulceacuícolas, luego sus antecesores, por lo menos durante un período de su vida, también debieron serlo.
Los datos que se han aportado procedentes de los distintos autores, sobre la respiración, son variados, aunque es la mayoría la que se decanta por la adquisición de la misma en un medio fluvial, concretamente en charcas, que periódicamente se desecaban y que esta adaptación les conferiría una ventaja frente a los demás grupos.
De la misma forma, la osmorregulación, señala que este carácter es primitivo y que su origen lo tiene en el medio marino, si bien, este evolucionó desde los primeros peces, por todos los demás grupos hasta los tetrápodos, siendo, como ya se ha dicho, una preadaptación para el medio terrestre y que les hubiera permitido poblar tanto el medio dulceacuícola, como el marino.
Realizando un balance de los datos que provienen de los distintos aspectos, sobre todo de los primeros, el medio dulceacuícola se presenta como el medio más probable, como lugar de aparición de los primeros tetrápodos.
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