El origen de los desiertos hay que buscarlo en los procesos físicos que se desarrollan en la atmósfera terrestre. El papel más importante lo desempeñan las corrientes de la envoltura atmosférica, en las capas más bajas próximas a la superficie terrestre, como consecuencia de los cuales determinadas áreas o regiones quedan desprovistas de humedad.
Aproximadamente un 25% de la superficie terrestre no sumergida, recibe menos de 250 mm. de precipitaciones anuales.
Dos formas climáticas han contrinuido a la formación y desarrollo de los desiertos actuales, las relacionadas con los alisios y con los climas extremadamente interiores.
Los desiertos más extensos son los debidos a los alisios. Estos desiertos tienen su origen, sobre todo, en una causa púramente climática, ya que la formación del terreno desempeña un papel prácticamente insignificante.
Este tipo de vientos se caracteriza porque son muy cálidos, a la vez que recalientan los vientos procedentes de las regiones de altas presiones en los márgenes de los trópicos por debajo de los 30° a 35° de latitud. Soplan del nordeste en hemisferio norte, y del sudeste en el sur en dirección al ecuador, siendo los responsables de la desecación.
El clima extremadamente interior o continental, se da en zonas que se encuentran muy alejadas del mar, que aporta humendad, o bien se encuentran separados de este por barreras físicas. En este último caso, las barrerras de montañas que existen impiden el paso de viento húmedo, creando en la otra cara de la montaña zonas secas, como es el caso del desierto del Kalahari.
Existe otro proceso de formación de desiertos. El aire húmedo después de haber sobrepasado una superficie oceánica llega a la costa. A medida que el aire va ascendiendo por la vertiente de barlovento, se enfria, siguiendo un gradiente adiabático, y no será hasta que llegue al nivel de condensación cuando se produzca la precipitación. Una vez traspasadas las cumbres, el aire comienza a descender por sotavento sufriendo en estos momentos un recalentamiento debido a que sigue un proceso adiabático seco, y ya que no existe un altura análoga a la inicial el aire es mucho más cálido, por lo que en esa zona no existen precipitaciones. Este proceso es el que origina los desiertos orográficos o también denominados como "rainshadow".
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