Las hipótesis que actualmente existen, se pueden dividir en dos grandes grupos, unas que proponen como causa cambios bruscos, las denominadas 'Catastrofistas'; y las otras que están a favor de un cambio gradual, son las llamadas 'Gradualistas'.
Las hipótesis Catastrofistas vienen apoyadas, por el estudio hecho sobre las arcillas correspondientes al período situado, entre el Cretácico superior y el Teciario, que evindencian un alto contenido en Osmio e Iridio. Estos altos niveles se verificaron en diferentes partes de la Tierra, como en Nueva Zelanda, Dinamarca -aquí se encontró el más alto índice de estos metales-, Italia, en el río Columbia (U.S.), y en España, concretamente en Caravaca -en este lugar es donde mejor se puede observar la capa de arcillas,ricas en Osmio e Iridio-. En todos estos lugares se encontraron altas concentraciones de los metales pesados antes mencionados, que no podía ser explicado por procesos de depósito terrestre, debido a que este tipo de metales, al ser tan pesados se hubieran fusionado, y habrían pasado a formar parte del núleo terrestre, en el momento de su formación.
Por lo tanto la posibilidad apuntada es que fueran de origen extraterrestre. Su origen se pudo deber a:
Comenzaremos con la idea de la nube de polvo. Se parte de que la nube de polvo cósmica puede contener cantidades de Osmio e Iridio requeridas, y el Sistema Solar, probablemente, se encuentre más o menos cada 100 millones de años, con una nube de este tipo, cuando se producuzca su paso a través de un brazo de la galaxia. La nube tendría un densidad de unos 100.000 átomos de hidrógeno y otros elemntos por centímetro cúbico, y poseería un diámetro de 860 billones de kilómetros.
Se conoce que la concentración de Ir se encuentra situada en una banda tan estrecha, en las arcillas Caravaca, por ello Kyte concluye que o bien se ha obtenido una zona de nube, diez veces más densa que el valor antes citado, o bien la velocidad de sedimentación, en el mar en esa época debió ser menor que la velocidad de deposición más baja observada en la actualidad. Si no hubiera ocurrido así, el Ir se hubiera distribuido entre una gran cantidad de sedimentos y por consiguiente, la banda hubiera sido más ancha.
Por lo tanto existen grandes dificultades para que el Ir y el Os, procedieran de una nube interestelar, y que esta hubiera sido la causa de la masiva extinción de especies en el Mesozoico.
La segunda hipótesis que pasaremos a analizar, se basa en la explosión y desintegración de un cometa. El cometa pudo añadir grandes cantidades de cianuro, que pudieron envenenar a los organismos que entonces poblaban la Tierra. Esta hipótesis no se sostiene, porque los cianuros al atravesar la atmósfera hubieran desaparecido o bien, se habrían degradado al llegar a los océanos.
La tercera hipótesis, referida a un impacto meteorítico, propondría , para explicar la cantidad requerida de material encontrado en la capa límite, un cuerpo con diámetro de diez u once kilómetros, y un peso aproximado de 2.5 billones de toneladas.
El lugar donde ocurrió el impacto se supone situado en el Altántico Norte. Se supone en este lugar, por la alta concentración de Os e Ir encontrada en Dinamarca, que es superior a la del resto de las zonas de donde se han tomado muestras.
La trayectoria que debió seguir el cuerpo, tuvo que ser perpendicular a la superficie terrestre, porque si hubiera sido tangencial, la fricción del cuerpo con la atmósfera hubiera hecho que se desintegrara por completo, y por otro lado no tendría la aceleración necesaria como para impactar con la Tierra, puesto que el campo exitente lo hubiera desviado. Se supone que su aceleración en la aproximación hacia la superficie terrestre, fue de unos 20 Km/s. En el momento del impacto contra el agua, por la gran temperatura unida a la energía cinética que poseía, produciría una nube de plasma que se elevaría varios kilómetros sobre la superficie terrestre, al mismo tiempo que grandes olas, llamadas tsunamis, de hasta 30 Km. de altura y con una gran longitud de onda, originarían grandes inundaciones. También se producirían intensos terremotos, que se extenderían a lo largo de toda la corteza, llegando incluso a dar varias vueltas al globo. Todo este proceso se mantendría por espacio de dos horas, tras las cuales, la Tierra quedaría envuelta en una nube de cenizas. Esta capa de cenizas oscurecería la atmósfera terrestre, haciéndola opaca, y por la tanto crearía un clima más frio, no soportable por los grandes reptiles, que poseían sangre fria, así como la destrucción de la vegetación, la cual no podría realizar la fotosíntesis y morirían, afectando a los reptiles fitófagos, que desaparecerían masivamente, así como sus depredadores, los grandes carnívoros, sobreviviendo exclusivamente los pequeños animales de sangre caliente.
La nube de cenizas se depositaría poco a poco, durante un periodo aproximado de seis meses, tras lo cuales, volvería la total claridad.
Las otras dos hipótesis son menos apoyadas, las dos producirían cambios climáticos, que afectarían por un lado a la capa de ozono provocando un incremento de la radiación ultravioleta que atravesaría la atmósfera y atacaría a la dermis de los grandes reptiles. Por otro lado las emanciones sulfurosas de los volcanes harían cambiar el quimismo de la atmófera, originado una variación climática que no podrían soportar los reptiles mesozoicos.
De las teorías 'Gradualistas' se podría destacar:
Las hipótesis gradualistas, muchas de ellas no se sostienen, porque no explican la causa de esa desaparición tan bruca de muchas especies, que dejaron nichos ecológicos, como muy bien se puede observar en el cuadro que se expuso co anterioridad.
Un aumento en la especie de los mamíferos, traería la competitividad entre las dos especies. Y según esta hipótesis los dinosaurios no pudieron hacer frente a las nuevas condiciones ambientales y sucumbieron gradualmente frente a mamíferos y aves.
Los cambios climáticos apuntados, serían debidos a actividad volcánica, orogenia y avances marinos, que llevarían bien corrientes cálidas, o frias, donde antes no existían. Como consecuencia de una orogenia, se crearían zonas húmedas en las laderas, y zonas frias en la cara opuesta de la cadena montañosa. Todos estos hechos cambiarían el habitat de los reptiles, no pudiendo adaptarse a las nuevas condiciones, que terminarían con su extinción.
El mayor argumento en contra de esta hipótesis, es que estos cambios afectarían a habitats concretos y en determinados lugares, pero podrían sobrevivir en otros lugares del planeta.
Otra hipótesis es el incremento de las angiospermas, es decir, plantas con flores, en detrimento de la gimnospermas, plantas verdes. Este cambio en la vegetación viene determinado por cambios, que se producen anteriormente en el clima. Un predominio de angiospermas sobre gimnospermas, reduciría considerablemente la dieta alimentaria de los reptiles hervíboros, haciendo disminuir su población, este hecho repercutiría en la cadena ecológica, afectando también los grandes carnívoros, ya que estos tendrían también escasez de alimentos. Por lo tanto se produciría una lenta extinción de estas especies.
Finalmente, el debilitamiento de la cáscara de los huevos, que sería causado porque habría un incremento en el número de individuos, gracias a un clima cálido, que permitiría fácilmente elevar su número. Al existir una superpoblación producíría el estrés en esta especie, que según se sabe, ocasiona un desequilibrio hormonal, aumentando entonces el nivel de estrógenos en las hembras, siendo esta la causa del debilitamiento de las cáscara de los huevos, que sería muy delgada, como para asegurar la generación de vida, llevando a esta especie a una lenta extinción.
Objecciones a las hipótesis Gradualistas :
Cuando una especie se extingue podemos esperar o que los nichos que ocupan desaparezcan totalmente, con lo que la especie no es sustituida, o que los huecos ecológicos se cubran por la expasión de especies preexistentes, o por una nueva especiación. En el caso de las extinciones del Cretácico, existió una especiación gracias a la cual se reemplazaron las especies perdidas.
Por otro lado, la velocidad a la que se produce la sustitución debe ser igual, más o menos, a la velocidad a la que desparecen las especies anteriores. Debemos suponer que este fue el caso durante el Cretácico tardio, y en el Tercirio inicial. Lo que se observa al examinar las pruebas, es un rápido descenso del número de especies en el mismo final del Cretácico, seguido de un incremento igualmente rápido en el número de nuevas especies a principios del Terciario.
Esto sugiere de la más fuerte manera imaginable, que las extinciones Cretácicas fueron extensas, abruptas y ocasionadas por algún acontecimiento transitorio, y que los viejos nichos se reestablecieron al volver a ocuparse, pues habían quedado vacios en ese suceso. Lo que se deduce es el resultado de una catástrofe.
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