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El Perseverance encuentra una roca que podría indicar la existencia de vida en el pasado

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Aunque algunos medios tratan la noticia de forma un tanto sensacionalista, es mejor consultar la fuente original, es decir, la NASA, y leer el artículo completo publicado por el Jet Propulsion Laboratory. En él, la afirmación no es tan contundente como algunos medios sugieren.

El pasado 25 de Julio el Perseverance descubrió "manchas de leopardo" en una roca rojiza apodada "Cheyava Falls" en el cráter Jezero de Marte en julio de 2024. Los científicos piensan que las manchas podrían indicar que, hace miles de millones de años, las reacciones químicas en esta roca podrían haber sostenido vida microbiana; aunque se están considerando otras explicaciones.

Meteorito ALH84001
Detalle de la roca examinada. Foto cortesía de NASA/JPL-Caltech/MSSS

El análisis realizado por los instrumentos que lleva el rover indica que la roca posee cualidades que encajan con la definición de un posible indicador de vida pasada. La roca muestra firmas químicas y estructuras que podrían haberse formado por la acción de la vida hace miles de millones de años, cuando la zona explorada por el rover contenía corrientes de agua. El equipo científico está considerando otras explicaciones para las características que se observan, y es necesaria una investigación más profunda para determinar si la existencia de vida antigua es una explicación válida.

La roca, que es la muestra de núcleo número 22 del rover, fue recolectada el 21 de julio, mientras el rover exploraba el borde norte de Neretva Vallis, un antiguo valle fluvial de aproximadamente 400 metros de ancho que fue esculpido por agua que corría hacia el cráter Jezero hace mucho tiempo.

Múltiples escaneos de Cheyava Falls realizados por el instrumento SHERLOC (Scanning Habitable Environments with Raman & Luminescence for Organics & Chemicals) del rover indican que contiene compuestos orgánicos. Aunque estas moléculas basadas en carbono se consideran los elementos básicos de la vida, también pueden formarse mediante procesos no biológicos.

“Cheyava Falls es la roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante que ha sido investigada hasta ahora por Perseverance,” dijo Ken Farley, científico del proyecto Perseverance en el Caltech de Pasadena. “Por un lado, tenemos nuestra primera detección convincente de material orgánico, manchas coloridas distintivas que indican reacciones químicas que la vida microbiana podría utilizar como fuente de energía, y evidencia clara de que el agua — necesaria para la vida — una vez pasó a través de la roca. Por otro lado, no hemos podido determinar exactamente cómo se formó la roca y hasta qué punto las rocas cercanas pudieron haber calentado a Cheyava Falls y contribuido a estas características.”

Cuál es la naturaleza de las manchas en la roca

A lo largo de la roca se extienden grandes vetas blancas de sulfato de calcio. Entre estas vetas, hay bandas de material cuyo color rojizo sugiere la presencia de hematites, uno de los minerales que le da a Marte su distintivo tono oxidado.

Cuando Perseverance examinó más de cerca estas regiones rojas, encontró docenas de manchas de color blanco apagado, de forma irregular y del tamaño de milímetros, cada una rodeada de material negro, similar a manchas de leopardo. El instrumento PIXL (Instrumento Planetario para la Litoquímica de Rayos X) de Perseverance ha determinado que estos halos negros contienen tanto hierro como fosfato.

“Estas manchas resultan ser una importante sorpresa,” dijo David Flannery, astrobiólogo y miembro del equipo científico de Perseverance de la Universidad de Tecnología de Queensland en Australia. “En la Tierra, estas características en las rocas a menudo se asocian con el registro fosilizado de microbios que vivían en el subsuelo.”

Meteorito ALH84001
Detalle de la roca examinada. Foto cortesía de NASA/JPL-Caltech/MSSS

La aparición de este tipo de manchas en rocas sedimentarias terrestres puede ocurrir cuando las reacciones químicas que involucran hematites convierten la roca de roja a blanca. Estas reacciones también pueden liberar hierro y fosfato, lo que posiblemente provoca la formación de los halos negros. Reacciones de este tipo pueden ser una fuente de energía para los microbios, explicando la asociación entre tales características y microbios en un entorno terrestre.

En uno de los escenarios que el equipo científico de Perseverance está considerando, Cheyava Falls se depositó inicialmente como barro con compuestos orgánicos mezclados que eventualmente se cementaron en roca. Posteriormente, un segundo episodio de flujo de fluidos penetró las fisuras en la roca, permitiendo la formación de depósitos minerales que crearon las grandes vetas blancas de sulfato de calcio que se observan hoy en día y resultaron en las manchas.

Otra Pieza del Rompecabezas

Aunque tanto la materia orgánica como "las manchas de leopardo" son de gran interés, no son los únicos aspectos de la roca Cheyava Falls que desconciertan al equipo científico. Se sorprendieron al descubrir que estas vetas están llenas de cristales de olivino del tamaño de milímetros, un mineral que se forma a partir del magma. El olivino podría estar relacionado con rocas que se formaron más arriba, en el borde del valle fluvial y que podrían haber sido producidas por la cristalización del magma.

Si es así, el equipo tiene otra pregunta que responder: ¿Podrían el olivino y el sulfato haber sido introducidos en la roca a temperaturas extremadamente altas, creando una reacción química abiótica que resultó en las manchas de leopardo?

“Hemos disparado esta roca con láseres y rayos X, y la hemos escaneado literalmente día y noche desde casi todos los ángulos imaginables,” dijo Farley. “Científicamente, el Perseverance no puede aportar más. Para comprender completamente lo que realmente ocurrió en ese valle fluvial marciano en el cráter Jezero hace miles de millones de años, querríamos traer la muestra de Cheyava Falls de vuelta a la Tierra, para que pueda ser estudiada con los poderosos instrumentos disponibles en los laboratorios.”

El estudio de un meteorito procedente de Marte

En 1996, un grupo de científicos liderados por David McKay del Johnson Space Flight Center de la NASA anunció que había descubierto evidencias de vida microscópica fósil en un meteorito procedente de Marte.

Meteorito ALH84001
Meteorito marciano ALH84001, recuperado en la Antártida. Foto cortesía de JPL/CALTECH/NASA

Algo a tener en cuenta es la posible contaminación de elementos terrestres que el meteorito pudiera haber adquirido en la Antártida, para evitar esto, el equipo extrajo las muestras del núcleo de la roca. Encontraron que las grietas dentro del meteorito contienen glóbulos de carbonato de tono anaranjado, que se asemejan a los depósitos de cuevas de piedra caliza. Este tipo de material solo puede formarse en presencia de agua líquida. McKay y sus colegas encontraron tres tipos de evidencia que interpretaron como indicios de vida microbiana antigua en Marte:

  • Los glóbulos contenían rastros de compuestos orgánicos complejos llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs), que podrían ser productos de la descomposición de microbios.
  • Los glóbulos contenían granos microscópicos de magnetita (un óxido de hierro magnético) y de sulfuro de hierro, dos compuestos raramente encontrados juntos en presencia de carbonatos, a menos que sean producidos por el metabolismo bacteriano.
  • Los glóbulos de carbonato, cuando se examinaron con un microscopio electrónico, estaban cubiertos en algunos lugares con grandes cantidades de formas similares a gusanos que se asemejan a bacterias fosilizadas.

McKay y sus colegas eran conscientes desde el principio que cualquiera de estas pruebas podría interpretarse sin recurrir a la biología. Sin embargo, consideraron que la presencia de las tres pruebas asociadas con los glóbulos de carbonato constituía un argumento convincente para la existencia de vida antigua en Marte. Otros científicos comenzaron de inmediato a someter la evidencia a un intenso escrutinio crítico, lo cual es una parte esperada y esencial del proceso científico.

Algunos geoquímicos encontraron evidencia de que los glóbulos de carbonato se formaron a temperaturas de hasta 300 ºC, demasiado altas para la supervivencia de cualquier vida microbiana conocida en la Tierra. Sin embargo, otros concluyeron que los glóbulos podrían haberse formado a temperaturas inferiores a 100 ºC. Ahora parece que esta última conclusión es la correcta.

¿Qué ocurre con los PAHs?

La teoría química y los experimentos muestran que las moléculas orgánicas (basadas en carbono) se forman de manera no biológica en nubes gigantes interestelares de gas y polvo. El sistema solar se formó en un entorno así. Las moléculas orgánicas producen PAHs cuando se calientan, por lo que estos materiales habrían estado presentes en la Tierra y en Marte desde el principio. El hollín ordinario contiene PAHs. McKay y sus colegas pronto reconocieron que la evidencia de carbono orgánico para la vida fósil en Marte era débil.

La evidencia de los granos de magnetita y sulfuro de hierro es más sustancial. En tamaño y forma, la mayoría de los granos de magnetita se parecen mucho a los producidos por bacterias terrestres. Aún no se ha demostrado un mecanismo de formación no biológico para tales granos en asociación con sulfuro de hierro. La evidencia hasta ahora sugiere que estos materiales requieren un origen biológico.

¿Qué pasa con los objetos que se parecen a bacterias fósiles? Los especilistas tras analizarlo al microscopio sostienen que la forma por sí sola a menudo puede ser engañosa, ya que los procesos no biológicos pueden producir objetos que superficialmente se parecen a bacterias. El tamaño de los supuestos fósiles marcianos también es un tema polémico. Muchos de los objetos en forma de gusano en ALH84001 tienen solo unas pocas decenas de nanómetros de ancho, aproximadamente una décima parte del tamaño de las bacterias más pequeñas conocidas en la Tierra. Sin embargo, la cantidad mínima de “equipamento” molecular necesaria para mantener viva una bacteria (incluyendo el ADN y los ribosomas para traducir el código genético en proteínas) requeriría un volumen igual a una esfera de 200 nanómetros. En otras palabras, estos llamados fósiles marcianos son demasiado pequeños para haber estado vivos.

Pero, ¿cómo podemos estar seguros de que cualquier vida hipotética en Marte utilizaría la misma bioquímica que las bacterias terrestres? ¿Toda la vida tiene que basarse en moléculas tan grandes y complejas como el ADN? Algunos científicos han indicado haber encontrado llamados “nanobacterias” en una amplia variedad de ambientes. Estos objetos misteriosos son tan pequeños como los supuestos microbios marcianos y podrían ser organismos vivos o fragmentos de organismos. Antes de la evolución del ADN, los ribosomas y las proteínas complejas en la Tierra, debieron haber existido formas de vida ancestrales más simples. Esos organismos primitivos habrían perdido en la competencia con las bacterias mucho más complejas que evolucionaron posteriormente en la Tierra, pero sus restos fosilizados aún podrían encontrarse. Y quizás tales cosas se han encontrado en el meteorito marciano.

Como vemos, no es sencillo afirmar con seguridad que los indicios encontrados constituyan evidencia definitiva de que Marte albergó vida en algún momento de su historia geológica. Además, queda un largo camino por recorrer en la investigación de este hecho.


Fuentes:

Jet Propulsion Laboratory (25 Jul 2024). NASA’s Perseverance Rover Scientists Find Intriguing Mars Rock.

American Museum of Natural History. Case Study: Fossil Microbes on Mars?.

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