Uno nunca deja de sorprenderse, linces que no son tan inteligentes como creíamos y se meten por donde no deben, roedores que pertenecen al grupo de los desdentados ... ahora resulta que los dinosaurios convivieron con el hombre.
En un artículo publicado en blogs.elcorreodigital.com el pasado 27 de Julio, Luís Alfonso Gámez nos exponía la triste sentencia emitida por el Juez Jairo Ávarez-Uria Franco de Getxo que le condenaba a pagar 6000€ al Sr. JJ. Benítez y su hijo, el Sr. Iván Benítez, en compensación por daños contra su honor, simplemente por expresar y defender la verdad.
Luis Alfonso Gámez, ha venido publicando una serie de artículos en los que desmontaba con demasiada benevolencia las historias expuestas por el Sr. JJ. Benítez a lo largo de los episodios emitidos por TVE (Televisión Española) que componían la serie "Planeta Encantado". En estos episodios de ficción (nadie en su sano juicio podría atisbar el más mínimo asomo de ciencia en ellos) que no aportan nada al conocimiento científico y que lamentablemente transmiten conocimientos erróneos a la población, se hacían afirmaciones como que:
· Las estatuas de la Isla de Pascua fueron transportadas por un poder mágico.
· Que existió comercio entre Europa y América antes de 1492.
· Que El Arca de la Alianza era un arma de destrucción masiva. Todos hemos visto "Indiana Jones en busca del Arca Perdida", un film, claro. En ocasiones, en las películas, el espectador puede quedar afectado por lo que se denomina momento psicótico, donde la ficción se toma por realidad por una relación objetal de identificación -realmente un proceso delirantealucinatorio-, de hecho, esto es lo que se suele explotar en los films (Castilla del Pino, Carlos (1990). Estudios de Psicopatología Sexual).
· Que "seres de Orion levantaron las pirámides de Egipto y que los egipcios de hace 4.500 años vivían en la Prehistoria y desconocían la escritura".
· Que el hombre convivió con los dinosaurios.
Esta última afirmación a los que hemos estudiado geología y paleontología, nos suscita la carcajada cuando aparece o se expresa en un contexto poco ortodoxo, pero la preocupación cuando se le da un valor científico a dicha afirmación y especialmente resulta un insulto a la larga lista de científicos que con menos medios que él realizan un brillante trabajo (El uso dudoso de dinero público en programas poco útiles no resulta un hecho aislado. Tomemos por ejemplo TeleMadrid que es el que me resulta más cercano para ilustrar el caso. TeleMadrid, presenta un déficit de 170 millones de euros (más de 28.000 millones de la antiguas pesetas), imaginemos lo que se puede hacer con 28.000 millones de pesetas invertidas en investigación útil, no en programas que no aportan nada a la sociedad. Tampoco es cuestión de entrar aquí sobre los programas telebasura de determinadas cadenas privadas, ya que "se financian con capital privado", mientras sigan existiendo espectadores que son imbéciles, este tipo de programas y emisoras, prosperarán). Muchos de ellos no son famosos (entendido en los términos que hoy día se aplica entre los medios de comunicación), sino personas que realizan "anónimamente" un importante aporte a la sociedad, cosa que no logro ver en la labor que ha realizado el Sr. JJ. Benítez -como no sea entretener a un sector muy concreto de la población.
En este punto me gustaría rescatar una observación (http://ccp.servidores.net/weblog/?q=node/142) que hace mi colega Carlos Costa en lo relativo al honor:
En ese texto se incluye una carta publicada por un colaborador del programa en la que se rechazan las críticas contra "Planeta Encantado", con los siguientes argumentos:
"No lo van a poder impedir los trescientos seudocientíficos que con la bata y zapatillas de casa dedican su tiempo a investigar inmersos entre juegos caseros de una radio pública. Por cierto, en este programa sí se maneja dinero público. A esto se dedican nuestros astrofísicos y científicos." Me pregunto (sólo me pregunto) si no se estará vulnerando el derecho al honor de esas trescientas personas. De ser así, quizá podrían presentar una demanda y llevarse 6.000 euros cada uno.
Más de 300 personas han escrito un manifiesto contra RTVE. Tan sólo 300 personas. Me entra la risa. Dos millones de personas decidieron el domingo pasado silenciarlos.
Me parece verdaderamente lamentable realizar tal comparación, todos sabemos que lo fácil, lo cómodo y lo que no requiere de un cierto esfuerzo intelectual suele atraer a grandes sectores de la población, cuanta menor es la formación del espectador, más fácil resulta captar su atención con cuestiones de este tipo (con esto no estoy indicando que sean idiotas), solo tenemos que comparar cual es el nivel de audiencia en lo que se conoce coloquialmente como "un documental" y cualquier película pornográfica emitida a la misma hora, el ejemplo más claro lo tenemos en internet, aunque algunos creemos que internet debe ser un medio para la distribución de la información y un foro de libertad, es decir, una herramienta útil.
La observación de Carlos me parece muy acertada, efectivamente, por las declaraciones que ha hecho ese defensor del programa llamando "seudocientíficos con la bata y zapatillas de casa" a los 300 firmantes del manifiesto, bien podríamos estar ante un caso que atenta contra el honor de estas personas.
Ahora volveré sobre el capítulo donde se afirma que el hombre convivió con los dinosaurios. La argumentación se basa en las piedras de Ica donde aparecen grabados de hombres y lagartos gigantes, esto me recuerda bastante al caso del profesor Beringer (Dr. Johann Bartholomew Adam Beringer, profesor y médico de la ciudad de Wurzburgo del siglo XVIII que publicó el volumen titulado "Lithographie Wirceburgensis"), salvando las distancias. Es conocido por la burla que sus estudiantes llevaron a cabo, haciéndole creer que los objetos que habían plasmado en unas rocas -consistían en avispas y abejas en sus celdillas, junto con petrificaciones del Sol, la Luna, las estrellas y muchos otros disparates- dejadas por donde solía realizar sus expediciones en las montañas cercanas, correspondían a fósiles, lo cual llegó a plasmar en su obra. Posteriormente, consciente de la burla a la que había sido sometido, trató de comprar todos los volúmenes publicados de su obra. El objeto de esta burla fue consecuencia de la actitud de Beringer, una persona muy pomposa.
En la página de TVE antes mencionada, se presenta al Sr. JJ. Benítez como "el periodista e investigador español de mayor proyección internacional", no haré comentarios sobre esto, no vayamos a atentar contra el honor de nadie.
A finales del siglo XVIII y principios del XX, existían encendidos debates entre partidarios y detractores de la teoría de Darwin, especialmente por parte de los creacionistas, y las cosas que se decían atentaban con mucho contra el honor -si queremos hacer una comparación- sin embargo, parecía ser una sociedad más libre, ya que nadie fue llevado a juicio o condenado por tales cosas.
Para ilustrar lo rudo del tono empleado cabe comentar la frase más ingeniosa que he leído, fue Thomas Henry Huxley quien la pronunció contra uno de los adversarios de las ideas de Darwin, el apodado Sam el Jabonoso (Samuel Wilberforce, 1805-1873 obispo de Oxford. Defendía que el ser humano, solo podía haber sido ordenado por acción divina, ver su recensión del El Origen de las Especies, publicada en la Quarterly Review, la principal revista literaria de Inglaterra en 1860, donde atacaba dura e irónicamente las ideas darwinianas). Cuando Wilberforce murió en 1873 a causa de la herida producida en la cabeza tras caer de un caballo, Huxley dijo: "por una vez, el cerebro del obispo ha entrado en contacto con la realidad ... y el resultado ha sido fatal".
Parece algo bastante, no diría anacrónico porque ya vemos que ni en otro tiempo se daban estas sentencias, salvo que nos fuéramos a Galileo, sino más bien algo como un atentado contra la libertad de expresión, sobre todo, cuando, a mi jucio, no veo falsedad en las afirmaciones de Luis Alfonso Gámez.
Castilla del Pino, Carlos (1990). Estudios de Psicopatología Sexual. Madrid
Ellenberger, Francois (1989). Historia de la Geología: De la Antigüedad al Siglo XVII. Barcelona.
Gould, Stephen Jay (2000). Las piedras falaces de Marrakech. Madrid.
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