ENCUADRE GEOGRÁFICO:
La zona se encuentra situada en el borde oriental de la Cordillera Central, al E. de Somosierra, en la zona de entronque de la Cordillera Central y la Ibérica.
ESTATIGRAFÍA:
Cámbrico - Ordovícico:
De forma general, está constituido fundamentalmente por cuarcitas y pizarras. Comienza con un tramo de 300 a 500 mts. de cuarcitas con intercalaciones esquistosas; a techo, la cuarcita se presenta en bancos y es masiva. Se trata de una serie de transición entre el Cámbrico y el Ordovícico.
Ya dentro del Ordovícico, y sobre la serie anterior, existe un tramo de cuarcitas blancas y rosadas, en bancos gruesos o bien masiva. En general, resulta ser un nivel claro y homogéneo. Se han encontrado pistas de Cruziana en el Arenig.
El tramo superior está compuesto por una serie pizarrosa de colores oscuros. Predominan las pizarras algo micáceas y junto a estas, pizarras cuarcíticas.
Carbonífero - Pérmico:
En el Embalse de Pálmaces, la sucesión de estos materiales, de basse a techo es:
- Nivel arenoso de color ocre con una potencia aproximada de 5 mts.
- Nivel de arenas rojas con intercalaciones de niveles de areniscas y verdaderos conglomerados de tonos rojizos.
La potencia total aproximada de toda la serie es de unos 1150 mts. superando los 1000 mts. los conglomerados y las arenas. El límite inferior es de edad Stephaniense Superior, estando el límite superior inmediatamente debajo del Trías, separado de él por una discordancia.
Triásico:
- Facies Buntsandstein:
Constituye una serie detrítica característica en la que podemos diferenciar 2 unidades:
- Por un lado están los conglomerados basales de carácter brechoide con un gran porcentaje de matriz rojiza, tienen selección mala y litología variable, con influencia local. En la zona superior, aparecen areniscas de carácter grauwáquico.
- Serie superior de conglomerados y areniscas con intercalaciones arcillosas en el techo con cantos de composición cuarcítica, huellas de pacedura y estructuras internas de corriente.
La separación entre los dos conjuntos es una isócrona que refleja una superficie transgresiva.
TIPOS LITOLÓGICOS
P1. Brecha arenoso ferruginosa polimíctica de metacuarcita, pizarra y Q.
Moda: 64 - 32.
Centil: 9 cm.
Redondez: Angulosos.
Selección: Mala.
Matriz: Arenosa y arcillosa (Illita (-) y Caolinita (+)).
Cemento: Pelicular ferruginoso.
Esqueleto/pasta: 30/70.
Clasificación textural: Inmadura.
Composición: FRM (pizarras); Metacuarcita; Cuarzo.
P2. Grauwaca Feldespática
Moda: 1 - 1/2.
Centil: 1.5 cm.
Redondez: Angulosos.
Selección: Moderada.
Matriz: Arcillosa y Aleurítica.
Esqueleto/Pasta: 30/70.
Clasificación textural: Inmadura.
Composición: Q; Bt; FRM; FRV.
Distancia al área madre: Próxima.
Ambiente de formación: Clima árido.
P3. Arcosa
Moda: 2 - 4.
Centil: 9 cm.
Redondez: Angulosos.
Selección: Moderada a mala.
Matriz: Arcillosa.
Esqueleto/Pasta: 15/85.
Cemento: Ferruginosos.
Clasificación textural: Inmadura (más inmadura que los dos tipos anteriores).
Composición: Q; FK; FRM; FRV; Bt; Ms.
P4. Arcosa (tipo II)
Moda: 1 - 1/2.
Centil: 9 cm.
Redondez: Angulosos y subangulosos.
Selección: Buena.
Matriz: Arcillosa.
Esqueleto/Pasta: 5/95.
Clasificación textural: Inmadura.
Composición: FRM; Metacuarcita; Q.
Distancia al área madre: Próxima y de naturaleza granítica.
P5. Q-Arcosa
Moda: 1/4 - 1/8.
Centil: 0.5 cm.
Redondez: Angulosos.
Selección: Mala.
Matriz: Arcillosa de carácter diagenético.
Cemento: Ferruginoso. Carbonático poiquilotópico.
Esqueleto/Pasta: 30/70.
Clasificación textural: Madurez baja.
Composición: FRM; Metacuarcita; Cuarzo.
Observaciones: El sedimento es de carácter diagenético, correspondiente a depósitos lacustres.
Clasificación de las muestras
HISTORIA GEOLÓGICA DE LA REGIÓN:
Los materiales más antiguos que aparecen corresponden al complejo gneísico de grado medio que afloran en la zona de Hiendelaencina. El paragneis deriva de una secuencia pelítica o arcillosa, depositada lejos de la costa. Por tanto, todo parece indicar que durante el Precámbrico, el mar ocupó toda la zona y en algunos momentos hubo regresiones, siendo esta la causa de la alternancia de los depósitos. Así pués, durante el Cámbrico se produjo una alternancia de períodos transgresivos con períodos regresivos, a diferencia del Precámbrico, donde predominaron las etapas estables.
El Ordovícico, comienza con una transgresión que se ve reflejada en unas facies de carácter litoral. Estos sedimentos, aparecen como cuarcitas blancas del Arenig. A continuación, la cuenca marina aumenta. Correspondiente a esta etapa transgresiva aparecen los depósitos arcillosos que han dado lugar a las pizarras que actualmente se observan.
Durante las formaciones atribuidas al Paleozoico Inferior, en esta región, reinaban unas condiciones de geosinclinal, pero como consecuencia de la gran orogenia Varíscica se produjo una variación en la geotectónica. Esta área quedó consolidada en su mayor parte. Después, se establece una nueva cuenca, la cual no va a formar parte del gran geosinclinal, sino que va a formar parte de una cuenca inferior con otras condiciones de sedimentación y tectónica.
En el Silúrico, se inicia un nuevo ciclo con el depósito de formaciones detríticas, seguido por el de pizarras ampelíticas y terminando con una potente serie lutítico-arenosa.
El Devónico y Carbonífero Inferior y Medio marcan una laguna sedimentaria o erosiva.
Los movimientos orogénicos, fase principal herciniana, pliegan la serie del Paleozoico Inferior antes del Stephaniense; plegamiento pre-Westphaliense (fase Astúrica).
La fase posterior al Carbonífero Superior y pre-triásica, posiblemente Saálica, con una orogenia muy débil, produjo el plegamiento de los terrenos pretriásicos que se observan en el Embalse de Pálmaces; los cuales se disponen discordantes sobre el Paleozoico, apoyándose sobre ellos las areniscas arcósicas del Buntsandstein.
Sobre el Stephaniense, discordante, siguen tras una suave discordancia port-Stephaniense (fase Urálica o Saálica), sedimentos rojos de edad Pérmica. Suave discordancia: fase Palatínica. En este período se produce una fuerte denudación de los macizos hercínicos, formándose la llanura pre-triásica.
Posteriormente, comienza la sedimentación mesozoica con el depósito de conglomerados y areniscas rojas fluviales costeras, con lo que se prepara la transgresión epicontinental del Muschelkal (con una pulsación regresiva en el Muschelkal Medio). El mar pasa a invadir la cuenca anterior y permite la sedimentación de espesores -por lo general poco considerables- de calizas sobre los depósitos continentales del Trías Inferior.
Durante el Keuper, el área de sedimentación se hace más amplia y se depositan sedimentos de facies lagunar, constituidos por margas abigarradas ricas en yeso y cal.
En el Rethiense, se inicia el ciclo del Jurásico Inferior y Medio. Transgresión marina procedente del SE que invade el surco ibérico hacia el NW, mar epicontinental. La facies son neríticas calcáreas, dolomíticas en la base, siendo lutíticas en el Toarciense.
Durante el Dogger se producen interrupciones en la sedimentación, ocupando sus depósitos menor extensión, quedando reducidos a zonas más profundas de la cuenca sedimentaria.
En el Malm, continúan las oscilaciones en la línea de costa, cada vez más alejadas de la Meseta, lo que explica la ausencia de pisos superiores del Jurásico en esta zona. Las variaciones en la línea de costa son consecuencia de los movimientos kimméricos.
Queda marcada una extensa laguna sedimentaria que llega hasta el Albiense. Se registran movimientos suaves de plegamiento y erosión de fases pre-albense (Neocímbrica y Astúrica). La transgresión marina del Barremiense y Aptiense, no alcanza la región.
Durante el Albiense, se deposita la formación Utrillas. Se trata de facies fluvial costeras y deltaicas que preceden en todas las zonas a la transgresión de Cenomanense. Tiende a fosilizar el plegamiento y los fenómenos epiorógenicos desarrollados durante el Cretácico Inferior.
Durante el Cretácico Superior, tiene lugar una transgresión marina que invade prácticamente todo el ámbito sedimentario de la Iberica, con depósitos de calizas dolomíticas, calizas nodulosas y margas; calizas y dolomía que forman una serie marina desde el Cenomanense hasta el Senonense. Es probable que tenga lugar el inicio de la regresión hacia el Campanense; pasándose a unas facies continental rojo-detríticas que se van a prolongar sin interrupción con los depósitos paleógenos.
Tras la regresión cretácica, se produce una sedimentación continental de tipo lagunar con una facies yesífera en el Oligoceno Inferior o Eoceno Superior; y otra detrítica en el Superior. La desecación de las cuencas, da lugar a la formación de grandes depósitos yesíferos en el Oligoceno Inferior. En la masa de agua continental se produce la deposición de materiales detríticos del Oligoceno Superior, con variaciones rítmicas que señalan la alternancia de conglomerados y arcillas o areniscas.
Los aportes detríticos son indicadores de levantamiento, cada vez más intenso, del área madre antes del plegamiento. Sincrónico con esta elevación, es el hundimiento de los antiguos macizos marginales.
Los aportes terrígenos se correlacionan con las primeras fases de la Orogenia Alpina (fases Pirenaica y Pre-Stampiense).
Tras un momento de máximo relieve, se empiezan a igualar las diferencias de nivel, las depresiones se van rellenando con los depósitos miocenos, la sedimentación detrítica va cediendo a las de carácter químico y las calizas pontienses de agua dulce van avanzando, hasta cubrir por completo la zona.
Durante el Pontiense, la cuenca de sedimentación rodea prácticamente el macizo de Guadarrama, extendiéndose sin interrupciones más locales entre las actuales cuencas del Tajo y Duero.
En las fases neo-Alpinas, se repite, aunque atenuándose cada vez más, el mecanismo de renovación de los movimientos epiorogénicos en régimen lacustre. El allanamiento mioceno, subsiguiente a la fase Rodánica, prepara la deposición de los nuevos materiales detríticos atribuidos al Villafranquiense.
A finales del Villafranquiense, debió iniciarse la instalación de la red fluvial cuaternaria, al tiempo que se producía un basculamiento hacia el SW en la región que corresponde a la región tectónica del Tajo.
Bibliografía
IGME (1971). Mapa Geológico de España: E: 1:200000 - Sigüenza. Hoja número 39. Primera edición. Madrid
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