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Última actualización: 09/11/2009.
Cuenca, estructuralmente, corresponde a la Rama Castellana de la Cordillera Ibérica, los materiales que se encuentran recogidos en esta sección comprenden desde el Triásico (en la zona de Villar del Humo) al Neógeno (área de Sacendocillo, Chillarón, Huete, Jabalera ó Buendía), si bien los materiales más representativos corresponden al Jurásico y Cretácico que son los que configuran la morfología del paisaje con grandes escarpes calizos modelados por los cursos fluviales que se han ido encajando.
Los fenómenos kársticos están bastante bien representados también, con la existencia de Torcas (Las Torcas de Los Palancares) y dolinas, si bien estas últimas son más frecuentes en la vecina provincia de Guadalajara, donde algún autor ha sugerido un origen estructural, ya que se ha encontrado cierta alineación entre ellas, lo que ha sido interpretado como consecuencia de la reactivación de las fallas del zócalo.
Los materiales del Paleógeno y Neógeno, corresponden al área de lo que se conoce como la Depresión Intermedia, aparecida tras la emersión a finales del Paleógeno de la Sierra de Altomira, que vino a independizar la Cuenca del Tajo de la Depresión Intermedia.
En Cuenca, los materiales del Paleógeno y Neógeno se pueden estudiar en el área de Huete-Jabalera-Buendía, localidades que se encuentran en el borde NW de la cuenca denominada como Depresión Intermedia. Tanto el Neógeneno de la Depresión Intermedia como la Cuenca del Tajo, van a presentar un modelo de sedimentación análogo, un modelo de sedimentación de cuenca continental endorreica, como podemos comprobar si analizamos las series existentes al otro lado de la Sierra de Altomira, en el área de Albalate de Zorita, Almonacid y Pastrana.
El Paleógeno se va a caracterizar por un tipo de sedimentación continental. Inicialmente va a estar representado por unas facies detríticas que con posterioridad serán de carácter químico, lo que indica una variación climática, concretamente hacia unas condiciones de mayor aridez como indican los depósitos de yeso, que son contemporáneos con la emersión de la Sierra de Altomira ocurrida a lo largo del Paleógeno.
En el Paleógeno, se pueden diferenciar dos tramos:
En el Neógeno, como se ha indicado, la sedimentación corresponde a un modelo de sedimentación de cuenca endorreica continental, distinguiéndose unas facies proximales (detríticas), unas intermedias y unas distales (facies químicas) que corresponden a medios lacustres, es decir, vamos a tener cambios laterales de facies. Como se ha podido observar en varios puntos, las facies detríticas están representadas por depósitos de areniscas, que en su mayor parte presentan estratificación cruzada, lo que revela su origen fluvial (tenemos buenos ejemplos en Sayatón).
Si nos desplazamos más al norte, al área de Sacedón, ya en la provincia de Guadalajara, concretamente a Pareja, podremos comprobar que el Mioceno se dispone discordante con el Oligoceno. Los depósitos que encontramos corresponden a calizas, las denominadas "Calizas del Páramo" que van coronar gran parte de los relieves que encontramos en la Alcarria.
En el Neógeno, al igual que en el Paleógeno, se pueden diferenciar los siguientes tramos:
Concluyendo, la evolución de la cuenca quedaría resumida en los siguientes episodios:
1. Durante el Turoniense tenemos el dominio de un régimen marino que vendría representado por los depósitos de calizas.
2. En el Senonense inferior, continúa el régimen marino con una sedimentación más pelítica, ello se afirma en base a restos de plantas (del tipo palmera, bambú) encontrados en el Cenomanense, lo cual indicaría la existencia de un clima relativamente cálido con estaciones húmedas.
3. En el Senonense superior, comienza el período regresivo. La cuenca continental presenta una sedimentación evaporítica (yesos).
4. El plegamiento de la Ibérica en el Mesozoico, queda reflejado por una sedimentación de carácter detrítico que es isócrona con la sedimentación evaporítica, alternando con algunos episodios de sedimentación lacustre reflejada por algunos paquetes de calizas.
5. Durante el Oligoceno medio y superior, tiene lugar un episodio orogénico importante que queda reflejado en los depósitos de conglomerados, areniscas y margas.
6. Durante el Mioceno basal, tenemos una sedimentación análoga a la registrada en el Oligoceno medio y superior, que queda marcada por una discordancia angular al mismo tiempo que los relieves que han aparecido van siendo erosionados. Durante el Vindoboniense, los sinclinales se van rellenando, dominando unas condiciones de clima árido-semiárido, con depósitos de yesos en la parte central de la cuenca y facies detríticas en las zonas proximales.
7. Durante el Pontiense, se producen los depósitos de calizas que se conocen como "Calizas del Páramo" que en algunos casos yacen sobre el Vindoboniense, sobre el Paleógeno o directamente sobre el Cretácico. En el Plioceno se observa un hiato correspondiendo con un período donde domina la erosión.
como hemos podido ver los dominios geológicos, no corresponden con los límites administrativos y por tanto no podemos ver a Cuenca desligada de Guadalajara. Hemos visto como durante el Paleógeno hasta la actualidad comparten importantes eventos geológicos relacionados con la sedimentación en la Cuenca Central de la Península.
La variedad de aspectos geológicos que se pueden estudiar en Cuenca, hace de esta zona de la Península Ibérica una de las zonas que algunos han denominado "paraíso geológico" (quizás un poco exagerado), tanto desde el punto de vista estructural, como desde el punto de vista geomorfológico y especialmente paleontológico, ya que fue en Cuenca -yacimiento de Las Hoyas- donde se halló Iberomesornis romeralis que permitió establecer las relaciones entre los saurios y las aves.
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